Te saludo desde mi corazón,
En estas últimas semanas he tenido la oportunidad de descubrir elementos de la experimentación del amor a través de situaciones en las que tuve dificultad con la aceptación y la paciencia. Y justo en el momento en el que estaba viviendo esto, aparece mi papá con una muestra sublime de lo que he denominado la paz-ciencia. Así que en este artículo te quiero invitar a reflexionar sobre cómo experimentar la paz-ciencia y el rol que juega la aceptación en la vivencia de esta expresión del amor. Comencemos con algunas preguntas: ¿Puede uno experimentar la paz-ciencia en una situación en donde todo parece resultar adverso? ¿Qué es la paz-ciencia? ¿Cuál es el secreto para comenzar a vivir la paz-ciencia?
Todo parecía confuso por estos días en los que escribí este artículo, y como la vida es mi maestra, me mostró con un gran ejemplo el camino para salir de mi confusión. Mi papá se enfermó y debió ser hospitalizado, así que tuve la oportunidad de acompañarlo en su proceso. Y me sorprendió con lo que me encontré: una persona absolutamente paciente a pesar de la adversidad y de las condiciones propias de una hospitalización prolongada. Estar hospitalizado es una situación poco agradable porque renuncias temporalmente a estar en el ambiente en el que deseas estar, te sometes a la acción y a la disponibilidad de terceros (médicos y enfermeras), te limitas a un espacio reducido en el que escasamente puedes ver la luz del día a través de una ventana, te incomodan día y noche a través de revisiones y controles para verificar tu estado de salud, y como si fuera poco, experimentas dolor y otras molestias físicas. ¿Es este el paraíso? No, ciertamente no lo es. De hecho, para mi es lo más parecido a estar en una prisión. Así que pasar estos días junto a mi papá se convirtió en una experiencia personal en la comprendí que la paciencia no es la resignación ni la impotencia de no poder hacer nada, sino la decisión de vivir con amor una situación poco favorable.
Entonces me pregunté, ¿cómo puede mi papá vivir la paciencia en un escenario como este? Y fue observando que descubrí la respuesta: a través de la aceptación. Así es, la aceptación aparece una vez más en esta Experiencia Yo Soy, y como lo he mencionado en otro momento, la aceptación está en el centro de la espiritualidad, hace parte de su columna vertebral. Porque recordemos que el corazón de la espiritualidad es el amor, pero para experimentar ese amor disponemos del libre albedrío. En ese libre albedrío somos responsables de elegir cómo experimentar las situaciones que vivimos. De esta manera, cuando estamos en la aceptación reconocemos nuestra responsabilidad en la vida que estamos viviendo y que hemos creado desde nuestro libre albedrío. Y con esto no quiero decir que mi papá estuviera disfrutando la hospitalización, pero si la estaba viviendo con aceptación. Así que la aceptación se convirtió en el secreto para que él pudiera vivir esta situación con paciencia.
Tan impactante fue todo esto para mi, que un día cuando lo estaba acompañando le dije: “papi me sorprende cómo estás viviendo todo esto y la paciencia con la cual lo estás haciendo”. Y más sorprendente aun fue su respuesta: “así es, desde hace un tiempo vengo viviendo las situaciones con paciencia, ya no me dejo afectar como antes”. Y su rostro solo expresaba paz mientras hablaba. Al ver su cara, recordé que la paz es un estado del ser, es la consecuencia natural de experimentar y recordar el amor que somos. Y quiero aclarar que la paz no es lo mismo que la tranquilidad, porque la tranquilidad es una emoción que surge cuando se satisface una necesidad en medio de la ilusión en la que vivimos; en cambio, la paz es el resultado de regresar a nuestra realidad del amor. Y es algo que resulta evidente cuando uno la está experimentando, es decir, cuando se hace consciente. Por esto es que he decidido fusionar estas dos expresiones en un solo término: la “paz-ciencia”, el arte de vivir la paz desde la consciencia del amor que somos.
De esta manera, mi papá me dio una gran lección de vida y me permitió descubrir cómo a través de una situación adversa, somos nosotros quienes elegimos si la vivimos desde el amor o desde el miedo. Cuando aceptas lo que estás viviendo estás dando un paso firme hacia el amor que eres, y en ese amor experimentas la paz propia de este estado del ser.
Gracias papi por haber cumplido con la parte del pacto que hicimos desde el alma, de encontrarnos en esta vida para experimentar juntos el amor y recordar que en ese amor somos uno solo. Hoy te reconozco desde el amor y la vida que recibí de ti.
En el amor que nos une, te quiero invitar a que aceptes lo que estás viviendo y experimentes la paz propia del amor que tú y yo somos.
Gabriel Francisco
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