Te saludo desde mi corazón,
Hoy estamos iniciando la primer semana en este blog de Yo Soy, así que quiero dedicarla al inicio del año 2018.
Todo inicio supone retos importantes, y en especial cuando deseas atraer aquello que tanto anhelas. Quizá tú no lo sepas pero nuestra experiencia humana es un proceso permanente de creación, de tal manera que nos recreamos una y otra vez, así como la realidad que vivimos. Y con frecuencia este proceso lo hacemos de manera inconsciente, no nos damos cuenta que lo estamos haciendo. Y lo que si resulta evidente para nosotros son los resultados. Así que quiero hacerte una pregunta: ¿estás satisfecho con ese quien eres y con esa realidad que estás viviendo en este momento? Probablemente la respuesta es que no lo estás o lo estás parcialmente. Y es precisamente esta insatisfacción la que te lleva a formular nuevo propósitos a alcanzar. Esto es particularmente cierto cuando termina el año y va a comenzar uno nuevo. Así que quiero compartir contigo cómo hacer para que tus propósitos se cumplan y tú logres ser ese quien quieres ser y esa realidad que tanto deseas vivir.
Este proceso de creación es un arte más que una fórmula mágica, y es algo que se aprende a dominar. De hecho, los maestros espirituales lo hacen permanentemente. ¿Quieres conocer el secreto detrás de este proceso llamado la manifestación?
Primero debemos hablar de la creación. La creación juega un rol muy importante en nuestra vida, y como veremos más adelante en este blog, la creación es la que nos permite experimentar permanentemente el amor que somos. Así que la creación está al servicio del alma y se lleva a cabo a través de nuestra experiencia humana. ¿Podría existir la vida sin creación? La respuesta es NO. De hecho, estamos acá en la tierra gracias a la creación. La vida surge de la creación y es la creación la que nos permite evolucionar permanentemente. ¿Y qué es lo que yace en el fondo de la creación? ¡El deseo! Sin deseo no hay creación, así que la creación surge a partir de una motivación. ¿Y cuál es esa motivación? Es una de dos fuerzas: el amor o el miedo. Estas son las dos fuerzas que mueven el universo y al ser contrarias nos permiten experimentar a través del contraste. Y algo que he descubierto recientemente, es que ese “deseo” surge de una pregunta, una pregunta que en mi opinión está en el centro de la espiritualidad: “¿quién soy yo?” Solo existen dos posibles respuestas a esta pregunta: “Yo soy el amor” o “Yo soy el miedo”. La primera es una verdad y la segunda es una ilusión porque somos amor. Así que esta pregunta activa una de estas dos fuerzas y luego surge el pensamiento, que viene siendo la chispa que inicia el proceso de creación. Si lo que subyace es el amor, el pensamiento estará inspirado por el amor, de lo contrario, estará inspirado por el miedo. Por esta razón, “pensar positivo” no es suficiente, porque con frecuencia ese pensamiento aparentemente positivo está inspirado en el miedo. ¿Has escuchado personas que se repiten permanentemente “yo soy abundante y próspero” pero en su vida experimentan la escasez? ¿Por qué? Es posible que ellos repitan esas palabras porque tienen miedo de vivir la escasez, así que su verdadero pensamiento es el de escasez, que a su vez está inspirado por el miedo. Otra cosa muy diferente sería repetirse “yo soy abundante y próspero porque en el amor que Yo Soy tengo confianza en la vida y en el universo”. Aquí si estamos en el pensamiento inspirado por el amor. Así que primero revisa qué es lo que está inspirando tu pensamiento, es decir, los propósitos que estás formulando para el año que recién comienza.
Ahora que hemos puesto en evidencia la importancia que tiene la creación, vamos a revisar más en profundidad este proceso. Hay un término con el cual yo defino este proceso y es lo que yo llamo “la secuencia creadora”. La secuencia creadora se compone de 4 elementos que interactúan entre si para dar vida a la creación. Estos elementos son el pensamiento, las emociones, las palabras y las acciones. Como dijimos anteriormente, el pensamiento es la chispa que inicia la creación. Todo aquello que es creado nació como una idea, fue imaginado. El segundo elemento son las emociones, que en mi opinión son las que le dan la potencia a la creación. Cuando la emoción que acompaña al pensamiento viene del amor y por lo tanto del corazón, el pensamiento se hace potente. Luego aparece el tercer elemento, las palabras. Las palabras son las que le dan movimiento a la creación. Por último, está la acción. La acción concreta aquello que estás creando. Lo más importante de estos 4 elementos y que debes tener en cuenta en el momento de crear, es que haya coherencia entre ellos, es decir, que tus pensamientos estén acompañados del amor, que las palabras con las que te refieres a eso que estás creando sean acordes, lo mismo que tus actos. Aquí la palabra clave para definir esta parte del proceso de creación, es la ¡coherencia!
Sigamos avanzando, quizá has escuchado hablar de la “atracción” o incluso de la “manifestación”. El proceso de creación puede ser un proceso que hacemos de manera consciente aunque con mayor frecuencia, lo hacemos de manera inconsciente. Cuando lo hacemos de manera inconsciente no conocemos cuál es la fuerza que está inspirando nuestro pensamiento y tampoco nos damos cuenta de la coherencia en la secuencia creadora, así que el resultado puede ser cualquiera. A veces puede llegar a nosotros la realidad que deseamos, o por el contrario, la que no deseamos. Y no es que esto sea malo, porque independientemente de lo que hayamos creado, siempre tendremos una oportunidad para experimentar el amor. ¿Pero acaso no deseas crear la realidad que deseas vivir? Este es el verdadero propósito, ¿o no? Para mi, la diferencia entre la “atracción” y la “manifestación” es la consciencia y la coherencia que hay en el proceso de creación. Cuando creamos a través de la “atracción”, cualquier realidad puede llegar, y con frecuencia, no es lo que nosotros queremos vivir. En cambio, cuando “manifestamos” a través de la creación, llega a nosotros esa realidad que queremos vivir. La diferencia en el resultado refleja lo que está sucediendo en el proceso. Si el pensamiento está inspirado en el amor y la secuencia creadora es coherente, estamos a un paso de materializar esa realidad que deseamos vivir. ¿Y por qué digo que estamos a un paso? Porque hacen falta dos elementos que considero que son claves para lograrlo: la gratitud y el “Yo Soy”.
La gratitud es el camino más corto para experimentar el amor. Cuando agradeces desde tu corazón reconoces que en el amor que eres aceptas que lo que estás viviendo hace parte de lo que tú mismo elegiste para experimentar el amor. Es como si estuvieras “sintonizado” con el universo a través del amor que los une. Y hay un elemento adicional en la gratitud que con frecuencia pasa desapercibido: la certeza. ¿A qué me refiero con la certeza? La manifestación parte del principio que aquello que deseas crear y materializar, ya existe en el universo. Es una certeza, así que la manifestación no es un proceso de “pedir” sino de agradecer por anticipado aquello que ya existe y viene en camino para ti.
Por último, hay algo que yo siempre utilizo cuando realizo un proceso de manifestación: me reconozco en el amor que Yo Soy, y desde esa potencia de Dios, creo la realidad que deseo vivir. Recordemos que Yo Soy es la manera como Dios se identifica a sí mismo, y Dios es amor. Así que cuando me reconozco en el amor y me hago uno solo con Dios, puedo crear todo lo que deseo desde mi corazón. Al manifestar yo repito: “Yo Soy la Divina Presencia, Yo Soy la Potencia de Dios, Yo Soy la Manifestación”.
¿Entonces cuál es el secreto de los maestros espirituales para crear la realidad que desean vivir? Su proceso de creación está inspirado en el amor, es coherente en todos sus elementos, agradecen de antemano aquello que están manifestando y se hacen uno solo con Dios para dar vida a su realidad.
Así que en este inicio de año te invito a que te hagas consciente del proceso de creación a través del cual formulas tus propósitos. En el amor que nos une, te deseo que experimentes el amor en cada paso que das en tu camino.
¡Acompáñame y vivamos juntos esta Experiencia Yo Soy!
Gabriel Francisco
La próxima semana vamos a entrar en la profundidad de la creación y descubriremos que incluso antes que el pensamiento creador hay una etapa en la que se pueden hacer presentes estas memorias. Por lo tanto, cuando tú entras en el inconsciente y tomas consciencia de estas memorias y vivencias, te acercas a tu verdadero ser, al amor que eres y es en ese momento en donde tu creación va a estar inspirada por el amor.Hace poco vi la película Coco y comprendí aun más lo que venía pensando sobre las memorias que cargamos de nuestros ancestros: nosotros no vinimos a honrar a nuestros ancestros a través del sufrimiento y el dolor sino a trascenderlo a través del amor. Pero como siempre, eres tú desde tu libre albedrío que eliges si lo vives de esa manera o no.
Mensaje final: independientemente del camino que tú elijas para experimentar el amor, el destino final siempre será el amor, así que no hay manera de perderse o de no llegar a él.
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