La Magia de la Navidad, la Magia del Amor

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20 diciembre 2018/ 1057 / 2

Te saludo desde mi corazón,

 

La Navidad es uno de esos momentos en donde la realidad y la fantasía se fusionan para permitirnos recordar quiénes somos. Esta es la Magia de la Navidad, esta es la Magia del Amor.

 

Es la noche del 24 de diciembre y una familia está reunida para celebrar la Navidad: Julieta la madre de 35 años, Juan su esposo de 40 años, Santiago su hijo mayor de 12 años y María, la pequeña de 6 años. Y como ya era costumbre, la Navidad se había convertido en un momento para sentarse alrededor del árbol y contar historias, algunas personales y otras que escucharon de sus abuelos. El reloj marca las 23:33 pm y esperan la media noche para abrir los regalos que cada uno había puesto en el árbol. Julieta alista la cena, mientras que Juan selecciona las canciones de su playlist de Navidad, Santiago chatea con sus amigos, y la pequeña María tiene puesta su mirada en el niño Jesús del pesebre.

 

“Papá, ¿cómo era la Navidad cuando tú eras un niño?”, preguntó María.

 

“¿Qué es esa pregunta María?”, respondió Juan.

 

“Si Pa, ¿cómo era la navidad cuando tú eras un niño?”, preguntó de nuevo María.

 

Juan no sabía qué responder, es como si la pregunta lo hubiera transportado a un momento de su vida que no quería recordar.

 

“María, la Navidad es muy diferente hoy en día. Mi mamá nos servía la comida temprano y como éramos 3 hijos ella nos acostaba antes de la media noche”, respondió Juan.

 

“¿Y tu papá?”, preguntó María.

 

“No me gusta hablar de ese tema”, respondió Juan con tristeza en su rostro.

 

“¿Por qué papá?”, insistió María.

 

“No es el momento para hablar de este tema, no insistas por favor”. Juan había dejado de ver la lista de canciones y ahora su mirada se perdía en el fuego de la chimenea.

 

“¿De qué hablan?”, preguntó Julieta que venía de la cocina con una bandeja llena de galletas.

 

“De nada importante”, respondió Juan.

 

Al ver que Juan tenía los ojos aguados, Julieta se acercó y lo miró.

 

“¿Qué pasa mi amor?”, preguntó Julieta.

 

“Nada, solo que María me hace preguntas que no quiero responder”, repuso Juan.

 

María se acercó a su padre y abrazándolo le dijo: “Pa, no tienes que ocultar que tienes ganas de llorar. Cuando yo estoy triste, lloro y me siento mejor”.

 

“María, es que no es el momento, la Navidad es para estar felices y hablar de cosas que alegran el corazón”, respondió Juan notablemente movido por el tema.

 

“Pero Pa, cuando yo me siento triste le cuento a mis muñecas que lo estoy y eso me hace sentir mejor. ¿Acaso tú no me dices que yo soy tu muñeca?”, preguntó María.

 

“Si mi amor, pero es diferente”, respondió Juan.

 

“No lo es, tú estás triste y yo también lo estoy cuando hablo con mis muñecas”, María insistía.

 

“Tú no entiendes María, cuando tú estás triste es porque algo no sucede como tú esperas, eso no es lo mismo que perder a un papá”, dijo Juan.

 

“¿Es eso lo que te pone triste? ¿Recuerdas que yo también perdí a mi muñeca Juana y la amaba mucho?, contestó María.

 

“¡Por Dios María! ¿Por qué insistes con el tema?”, Juan estaba profundamente conmovido.

 

“Si no hablas de tu Pa no vas a dejar de estar triste, mira que yo me siento mejor cuando te cuento que se perdió mi muñeca”, María no se daba por vencida con la conversación.

 

“Está bien, no es de lo que quisiera hablar pero voy a responder a tu pregunta. La Navidad en mi casa era un momento muy triste, llena de recuerdos dolorosos. Cuando yo tenía 5 años perdí a mi papá, murió y dejó a mi mamá con 3 niños pequeños, siendo yo el mayor. Me sentía muy mal de ver a mi mamá en esa tristeza, cansada de trabajar para podernos sostener y yo no podía hacer nada. ¡Como hubiera querido poderla ayudar, me siento tan responsable!”, Juan rompió en lágrimas.

 

María lo abrazó y le comenzó a secar cada una de sus lágrimas.

 

“Lo siento Pa, yo también estaría muy triste si hoy tú no estuvieras conmigo”. Abrazada del cuello de Juan, tomó su cabeza y la puso en su pecho.

 

“Siente mi corazón Pa, ¿lo escuchas? ¿Qué te dice?”, preguntó María.

 

En medio de su tristeza, Juan había regresado a esa noche fría de Navidad, cuando tenía 5 años y estaba con su mamá y con sus dos hermanos menores.

 

“¿Si escuchas mi corazón Pa?”, preguntó de nuevo María.

 

“Ahhh, ¿qué dices María?”, preguntó Juan volviendo en si mismo.

 

“Solo escucha mi corazón Pa, ¿qué te dice?”, respondió María.

 

“No se que dice María, ¿acaso el corazón habla?”, respondió Juan en su propio dolor.

 

Mientras todo esto sucedía, Julieta consternada con la escena no sabía qué hacer ni qué decir. Por su parte, Santiago había dejado de chatear con sus amigos y miraba a su pequeña hermana haciéndose cargo de su padre que parecía un niño pequeño. Todo era un silencio generalizado, como si el sonido y el frío de la noche se hubieran fusionado en uno solo. Tic tac, tic tac, tic tac, era todo lo que Juan escuchaba ahora que apoyaba su cabeza en el pecho de María. Así que cerró sus ojos y su llanto se transformó en suspiros. Pasaron algunos minutos y María le preguntó: “¿cómo estás Pa?”

 

“Mejor mi amor, mejor”, respondió sollozando.

 

“Ese es el corazón Pa, no hay nada que tranquilice más que el latido del corazón”, repuso María.

 

Juan nunca imaginó que el latido del corazón lo transportara en el tiempo y sanara ese dolor tan profundo que sintió cuando apenas tenía 5 años. Julieta, conmovida por lo sucedido, comprendió que la sabiduría no tiene edad. Santiago, recordó que la Navidad es un momento para desconectarse del celular y compartir en familia, y que una sola palabra, una emoción y un abrazo hacen de la Navidad la Magia del Amor.

 

En el amor que nos une, te invito a que en esta Navidad sueltes tu celular, dejes de hacer lo que siempre haces, te permitas expresar lo que sientes y encuentres la magia que hace latir tu corazón, la Magia del Amor.

 

¡Feliz Navidad!

 

Gabriel Francisco

COMENTARIOS (2)

21 diciembre 2018

Clara

Feliz y bendecida navidad para ti y todos en casa, millon de abrazos 🤗

22 diciembre 2018

Gabriel Francisco

Muchas gracias Clara, un abrazo especial para ti!!!

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