Te saludo desde mi corazón,
Desde que somos niños nos comienzan a hablar de la felicidad y que ese debe ser nuestro objetivo en la vida. ¿Pero qué es la felicidad y cómo llegamos a experimentarla? ¿Qué es lo que hace que nos pasemos la vida buscándola y a pesar de eso no la encontremos la mayoría de las veces?¿Por qué la felicidad se ha convertido en un sueño colectivo?
Quizá te parezca paradójico que la felicidad que tanto sueñas no está lejos, se encuentra aquí y ahora. ¡Así es, aquí y ahora! ¿Y entonces por qué no la vemos? Porque la estamos buscando afuera, y la felicidad se encuentra dentro de nosotros. Conozco personas que tienen todo: dinero, fama, belleza y todo lo que la sociedad anhela tener, y a pesar de eso dicen no sentirse felices. ¿Por qué? Porque la felicidad no está en relación con lo que se tiene o se posee, sino con el reconocimiento que hacemos del amor que somos. Así que una primera reflexión que te propongo es a que no busques la felicidad afuera, la felicidad se encuentra dentro de ti.
¿Y qué es la felicidad? Es un estado del ser, de ese amor que somos. Y con esta breve definición sale a la luz la confusión que tiene la sociedad frente a lo que es la felicidad. Para la sociedad, la felicidad depende de los resultados alcanzados a través de las experiencias externas. Pero recuerda que el mundo externo es tan solo la ilusión que nos permite experimentar y recordar el amor que somos. Así que desde la perspectiva espiritual, el camino para acceder a la felicidad es el regreso al interior, ese lugar en donde entramos en contacto con nuestra esencia: el amor. De esta manera, la felicidad no es un objetivo sino una experiencia y es la consecuencia natural de aceptar nuestra naturaleza divina. En esta última frase aparecen tres expresiones que resultan fundamentales para comprender lo que es la felicidad, y estas expresiones son “experiencia”, “aceptar” y “naturaleza divina”. Como he mencionado antes en este blog, la espiritualidad es una experiencia y no un concepto, y vinimos a la vida para experimentar el amor. También he comentado cómo somos nosotros los que creamos la vida que vivimos, y esto nos hace responsables de nuestra propia creación. Así que cuando reconocemos nuestra responsabilidad, estamos en la aceptación de nuestro proceso espiritual, y es a través de la aceptación que recuperamos el poder para transformar nuestra vida. Por último, nosotros somos seres espirituales teniendo una experiencia humana, y con frecuencia lo pasamos por alto. Estamos tan metidos dentro de la ilusión de la vida, que creemos que todo lo podemos lograr a través de la mente. Y no es así, antes que mente fuimos cuerpo y antes que cuerpo fuimos espíritu. Así que todo tiene un propósito espiritual. De esta manera, el cuerpo y la mente están al servicio del espíritu en este juego que diseña el alma. Entonces, cuando digo que la felicidad es un estado del ser, esta definición implica que la felicidad es una experiencia en la que aceptamos lo que estamos viviendo como parte del proceso que nosotros mismos elegimos para recordar el amor que somos. Piénsalo por un segundo, ¿podrías realmente sentir felicidad si rechazas lo que estás viviendo en este momento de tu vida?
Y aquí aparece otro elemento fundamental en la experimentación de la felicidad: el aquí y el ahora. ¿En dónde está tu consciencia en este momento? Con frecuencia dejamos de estar en el presente para recordar el pasado o imaginar el futuro. Pero ninguno de estos dos momentos existe, son ilusiones. Lo que está en el pasado ya no existe y el futuro apenas se está creando. ¿Imaginas cómo sería tu vida si dejas de estar en la ilusión de la ilusión y regresas a tu realidad del amor? De hecho, el gran reto que tenemos es poder habitar simultáneamente la realidad del amor y la ilusión de la vida que estamos viviendo. Y esto es posible cuando te haces presente en el aquí y en el ahora. Y ese lugar del ser que nos permite habitar estas dos dimensiones es el corazón. Es a través del corazón que podemos habitar el amor y al mismo tiempo estar presentes en la ilusión de la vida. Por esta razón, para mi más que hacerse presente a través de la mente, es hacerse presente a través del corazón. De esta manera, cuando logras vivir la vida en la presencia y la consciencia del amor que eres, experimentas el estado del ser, siendo la paz y la felicidad su consecuencia natural.
Hoy por hoy, la felicidad se ha convertido en un sueño colectivo. ¿Por qué? Porque cuando se vive dentro de la ilusión de la vida, se añora lo que no se tiene y se ignora lo que es evidente. Lo que es evidente y es ignorado es que somos amor y que todo lo que vivimos cumple con el propósito de permitirnos recordarlo. Y esto es lo que nos lleva a añorar lo que aparentemente no logramos ver dentro de nosotros mismos. Así que te propongo seguir estos pasos para experimentar la felicidad:
En conclusión, no sigas buscando la felicidad afuera porque se encuentra dentro de ti, y cuando aprendas a hacerte presente en cada momento de tu vida, la felicidad dejará de ser una expectativa para convertirse en una realidad.
En el amor que nos une, comparto contigo la felicidad de este momento al recordar que tú y yo somos amor.
Gabriel Francisco
Escribe un comentario