Te saludo desde mi corazón,
A lo largo de este blog hemos hablado de cómo el alma decide venir a tener esta experiencia humana para poder experimentar el amor que ella es. Y de cómo se apoya en la creación para crear ilusiones que nos permiten vivir situaciones y tener emociones que nos llevan a experimentar el amor y a reconocernos en él. En las últimas semanas, hablé de Jesús y de cómo él a través de su vida, muerte, resurrección y ascensión vino a mostrarnos el camino para experimentar ese amor y a acceder a estados de consciencia más avanzados en los que nos hacemos uno solo con Dios.
Hoy quiero comenzar a hablar de lo que es la experimentación del amor y de su importancia a nivel espiritual. Experimentar el amor es la esencia de la espiritualidad, es la razón por la cual venimos a tener esta experiencia humana, es lo que hace que esta experiencia tenga un sentido.
¿Y por qué elegimos experimentar el amor si nuestra alma sabe que ella es amor? Para el alma no es suficiente con saber que es amor, ella quiere experimentar ese amor y reconocerse en él, solo así puede llegar a su estado del ser, al “Yo Soy Amor”, siendo este el máximo estado de consciencia, estado en el que nos reconocemos como uno solo con Dios.
¿Y qué rol juega la experiencia humana en este proceso de experimentación y reconocimiento del amor que somos? La vida es la ilusión que nos permite experimentar, es el escenario en donde todo se puede dar para que tú y yo reconozcamos nuestra verdadera esencia: el amor. Y lo más maravilloso de esto, es que eres tú a través de la creación, quien construyes este escenario para experimentarte a ti mismo. Cuando piensas que lo que vives no tiene sentido, como si fuera parte de un libreto predefinido al que con frecuencia llamas destino, estás ignorando lo que tú mismo sabes a un nivel más profundo: que tú lo creaste desde tu libre albedrío. Lo único que está escrito es el deseo que tiene tu alma de experimentarse a sí misma, pero en el libre albedrío que tienes, puedes crear permanentemente esa vida que vas a vivir a continuación para poderte experimentar.
Ahora, ¿qué es lo que nos permite experimentar el amor en esta experiencia humana? El contraste, porque es a través de lo que no somos que vamos a reconocer lo que sí somos. A modo de ejemplo, jamás te preguntarías si eres de raza blanca si no existen otras razas. Es a partir de lo que no eres que te das cuenta de lo que realmente eres. ¿Cómo puedes reconocer que en el amor eres el desapego si no experimentas el apego? Así que el contraste te está invitando a experimentar la vida de una manera diferente, en donde los eventos y las personas involucradas dejan de ser las protagonistas, y en cambio son las emociones las que pasan a tomar ese papel protagónico.
¿Qué rol juegan las emociones en la experimentación del amor? Las emociones cumplen un rol importante a nivel biológico y a nivel espiritual. La emoción es la que nos permite acceder a los conflictos que tenemos guardados en el inconsciente, para así poder expresar lo que no pudimos expresar en el momento del conflicto. Pero más importante aún, la emoción nos permite reconocer por contraste el amor que somos. Así que la emoción está en el centro tanto de la experiencia humana como de la experiencia espiritual. ¿Te imaginas cómo sería la vida sin emociones? ¿Podríamos realmente experimentar el amor si no tuviéramos emociones?
¿Qué es experimentar el amor? Experimentar el amor son principalmente 3 cosas: sentir el amor, recibir el amor y compartirlo con los demás. Así que ya puedes darte cuenta que permanentemente estamos experimentando el amor, o por lo menos estamos intentando hacerlo.
¿Cuál es el sentido espiritual de experimentar el amor? Cuando experimentas el amor te reconoces a ti mismo en el amor que eres. Cada vez que tú experimentas el amor es como si te miraras en un espejo para reconocerte a ti mismo. Ciertamente no es lo mismo saber que eres amor, a experimentarlo, o incluso a reconocerte en él. Son 3 estados diferentes de consciencia. Dicho en otras palabras, no es lo mismo decir “Yo se que soy amor”, a “Yo siento el amor que yo soy”, o a “Yo Soy el Amor”. En este último estado de consciencia, te reconoces en el amor que eres y dejas de sentirte separado de Dios porque te das cuenta que eres uno solo con él. Así que la más grande de las ilusiones con la cual vivimos, es pensar que somos uno diferente a Dios. Cuando llegas a este tercer estado de consciencia, reconoces que esa distancia no existe y te fusionas en uno solo con Dios. ¿Puedes ver el impacto de lo que te estoy diciendo?
En los siguientes artículos voy a hablar de cómo experimentar el amor y el rol que juegan las emociones en este proceso, de cómo a través de la experimentación del amor accedemos a estados más avanzados de consciencia, y de cómo podemos experimentar ese amor de manera práctica y sencilla en nuestra vida cotidiana.
¡Acompáñame y vivamos juntos esta Experiencia Yo Soy!
Gabriel Francisco
Escribe un comentario