Te saludo desde mi corazón,
Es muy probable que te hayas sentido culpable por algo que viviste en algún momento de tu vida, ¿pero realmente lo que sientes es culpa o responsabilidad por lo vivido? ¿Reconoces la diferencia entre ambas? ¿Qué impacto puede tener a nivel espiritual y en tu vida cotidiana conocer esta diferencia?
Con frecuencia nos debatimos entre la responsabilidad y la culpa, y todo parece indicar que es una línea muy delgada la que las separa. ¿Pero realmente es delgada esta línea? Recuerda que la mente es la encargada de crear las ilusiones en este juego del alma, así que esta supuesta línea delgada puede ser tan solo otra de sus ilusiones.
Hoy vamos a revisar estos dos conceptos desde la espiritualidad. Ciertamente la culpa y la responsabilidad son diferentes y cada una tiene un propósito y un sentido. Desde la espiritualidad he mencionado que existen dos fuerzas que nos permiten experimentar el amor a través del contraste: el amor y el miedo. Y la culpa y la responsabilidad no escapan a este principio:
- La Responsabilidad: como seres espirituales que somos y que venimos de Dios, gozamos del libre albedrío, el regalo más maravilloso que recibimos de él. Y el sentido espiritual de disponer de este libre albedrío es podernos experimentar en el amor que somos como nosotros así lo elijamos. De esta manera somos libres de elegir venir a tener experiencia humana, de definir el plan para experimentarnos, de crear las situaciones que vamos a vivir, de decidir cómo percibimos cada situación que se presenta en nuestra vida cotidiana y finalmente, de cómo elegimos actuar luego de haber vivido estas situaciones. Por lo tanto, la responsabilidad es el reconocimiento que hacemos de nosotros mismos como creadores de todo lo que vivimos para experimentar el amor. Cuando hablamos de libre albedrío hablamos de elegir, y cuando hablamos de elegir hablamos de responsabilidad. La responsabilidad es la consecuencia natural de hacer uso del libre albedrío. Cuando nos hacemos responsables de nuestro proceso, estamos reconociendo el camino que nosotros mismos trazamos para recordar el amor que somos.
- La Culpa: en la espiritualidad no existen las víctimas ni los culpables, solo oportunidades para experimentar el amor y reconocernos en él. Entonces, ¿qué sentido tiene experimentar la culpa? La culpa es una ilusión que nace del miedo y que nos permite por contraste recordar nuestra responsabilidad en la creación y el perdón hacia nosotros mismos. A medida que vamos recordando el amor que somos y vamos creciendo en consciencia, recurrimos cada vez menos a la ilusión para experimentar el amor a través del contraste. Es decir, a mayor consciencia elegimos experimentar el amor de manera directa.
Ahora puedes ver que la responsabilidad está presente en la experimentación del amor, y la culpa nace del miedo cuando no comprendemos que somos nosotros mismos los que hemos creado lo que estamos viviendo. Y las dos juegan un rol importante en nuestro proceso espiritual. A medida que vamos recordando el amor que somos, la culpa se va transformando en responsabilidad. Y a medida que vamos haciendo consciencia de nuestra responsabilidad, vamos descubriendo que somos seres completamente libres para experimentarnos. Es así como la consciencia y el libre albedrío siempre van de la mano en este juego del alma. Por esta razón, nos resulta más fácil elegir cuando somos conscientes, y por el contrario, cuando no lo somos, no nos damos cuenta que somos libres para elegir cómo vivir las situaciones y por esto experimentamos el sufrimiento y el dolor.
Hoy te invito a poner en práctica estos conceptos en tu vida cotidiana:
- Si sientes culpa a través de la situación que estás viviendo, perdónate a ti mismo, porque de alguna manera tú elegiste crear esta situación para experimentar el amor. El hecho de que para ti no sea comprensible el que tu hayas elegido crear esta situación, para tu alma si lo es y persigue el más alto beneficio espiritual.
- Cuando te perdonas a ti mismo, estás recordando que tú eres responsable de tu vida. Y cuando te haces responsable de tu vida, recuperas el poder para cambiarla. Por el contrario, si te sientes víctima de la situación y ves al otro como culpable por lo que tú estás viviendo, pierdes el poder para cambiar.
- Cuando te haces responsable de tu vida y de lo que vives en ella, recuerdas que eres libre para crear la vida que deseas vivir. Esto te lleva a otro nivel en tu proceso de creación y dejas de atraer las situaciones para comenzar a crearlas de manera consciente.
- Cuando comienzas a crear tu vida de manera consciente y desde el amor, manifiestas la vida que deseas vivir. La manifestación es el arte que dominan los maestros espirituales.
Así que regresar a la responsabilidad es el primer paso para comenzar a transformar tu vida y vivir la vida que quieres.
En el amor que Yo Soy, me hago responsable de mi vida y deseo que recuperes el poder para transformar la tuya.
Gabriel Francisco
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