Un día se encuentran un Maestro Espiritual y un Profesor de Matemáticas.
El Profesor se presentó: Yo soy Daniel, Magíster en Matemáticas y profesor en la universidad más importante de este país.
Maestro: Hola Daniel, Yo Soy y acompaño a otros a recordar quiénes son.
Profesor: ¿Y por qué no mencionas tu nombre?
Maestro: Porque mi verdadera identidad es “Yo Soy”.
Profesor: Si tú lo dices.
Maestro: Aprovecho que eres matemático para intentar resolver un enigma que siempre he tenido.
Profesor: ¿Cuál es?
Maestro: ¿Cuánto es 1 + 1?
Profesor: ¿Te estás burlando de mi?
Maestro: No, es en serio lo que te estoy preguntando.
Profesor: ¡La respuesta es obvia, es 2!
Maestro: El enigma es que para mi 1 + 1 es igual a 1.
Profesor: ¿Cómo puede ser 1?
Maestro: Te lo pongo en un ejemplo: cuando tú y yo nos unimos, no somos 2 sino 1.
Profesor: No te entiendo.
Maestro: Un día vas a recordar que cualquier suma es igual a 1 y que 1 es igual a infinito.
Profesor: Ahora si me perdí completamente.
Maestro: Es muy simple, tú y yo y cuantos más quieras somos uno solo. En otras palabras, en la ilusión en la que vivimos en la Tierra creemos que todos estamos separados y no es así, todos somos uno solo porque el amor es uno e indivisible.
Profesor: Y según tu teoría que por cierto resulta bastante extraña, ¿qué es el infinito?
Maestro: Es la presencia de Dios en todo y en todos. Así que cuando recuerdas el principio de la unidad, también recuerdas que eres uno solo con Dios, y como Dios es infinito e ilimitado, entonces 1 es igual a infinito. ¿Me sigues?
Profesor: Que extraño lo que dices. Según tú, ¿cuántos números existen?
Maestro: Solo dos: el 1 y el infinito. Todo el universo se puede explicar con estos dos números.
Profesor: ¿Entonces qué venimos siendo tú y yo?
Maestro: Somos uno e infinito.
Profesor: Yo soy Magíster en Matemáticas y a pesar de todo el conocimiento que tengo nunca había escuchado algo tan descabellado como lo que tú dices. Ahora que hablas del amor, ¿qué viene siendo para ti este concepto tan etéreo?
Maestro: Yo Soy Maestro no porque tenga mucho conocimiento, sino porque he recordado quién soy y para qué estoy acá en la Tierra. Este es el mismo principio del amor, porque el amor no es un concepto sino una experiencia que tú y solo tú puedes vivir en tu interior. Pero para responder a tu pregunta, el amor también es uno e infinito.
Profesor: Muy interesante lo que dices, pero demuéstramelo.
Maestro: No es la ciencia la que viene a dar respuesta a las preguntas existenciales, sino el espíritu el que viene a darle respuestas a la ciencia. Así que no es necesario demostrar, solo experimentar y recordar, sin embargo te lo voy a explicar: cuando tú y yo estamos juntos, ¿qué sientes?
Profesor: Siento confusión con todo lo que me dices.
Maestro: ¿Qué es lo que te confunde?
Profesor: Que tu discurso dista bastante de lo que he aprendido a lo largo de mi vida.
Maestro: ¿Y eso cómo te hace sentir?
Profesor: Me confunde al punto de preguntarme quién soy yo.
Maestro: Entonces mi amigo, estás encontrando la respuesta a tu pregunta más profunda.
Profesor: ¿Cómo así?
Maestro: Es gracias a tu confusión que te preguntas quién eres realmente. Es de esta manera que recuerdas que no eres lo que creías ser sino que eres mucho más que eso, que eres uno e infinito, ¿o no?
Profesor: Mmm, si tú lo dices.
Maestro: ¿Me lo crees entonces?
Profesor: En verdad todo esto es muy confuso.
Maestro: ¿De quién es la confusión?
Profesor: Mía, supongo.
Maestro: Así es, es tuya pero fui yo quien te permitió verla. Entonces, ¿quién soy yo?
Profesor: ¿Mi espejo?
Maestro: ¿Es esta una pregunta o una verificación?
Profesor: No se cuál de las dos es.
Maestro: ¿Y por qué dudas?
Profesor: Porque parecen ambas cosas al mismo tiempo.
Maestro: Entonces acabas de comprender lo que dije antes, que solo existe el número 1 y al mismo tiempo el infinito.
Profesor: No entiendo.
Maestro: Me estás diciendo que la pregunta y la verificación son una sola, ¿o me equivoco?
Profesor: Estás en lo correcto.
Maestro: Es gracias a la pregunta que encuentras la respuesta, es gracias a la duda que encuentras la claridad, es gracias a sentirte diferente a mi que recuerdas que tú y yo somos uno solo, es gracias a lo limitado de tu raciocinio que recuerdas que el amor es infinito.
Profesor: ¿Es esta “la verdad”?
Maestro: Es mi verdad, la misma que un día puede ser tuya.
Profesor: ¿Me quieres decir con esto que la verdad no es absoluta?
Maestro: Es absoluta cuando la haces tuya, pero no intentes imponerla a los demás.
Profesor: ¿Acaso no es esto lo que tú estás intentando hacer conmigo?
Maestro: No, yo solo te estoy haciendo preguntas para que te puedas poner en contacto con tu verdad.
Profesor: ¿Y qué te hace pensar que esta es mi verdad?
Maestro: De hecho no lo es hasta que tú la experimentes dentro de ti.
Profesor: ¿Debo agradecerte por lo que me has enseñado hoy?
Maestro: No, solo debes agradecerte a ti mismo por haber recordado.
Profesor: Tienes una capacidad infinita para explicar algo tan profundo.
Maestro: Solo el amor infinito es capaz de ofrecerse en un acto desinteresado para que hoy puedas verte a ti mismo.
En el amor inifinito que nos une, hoy te invito a recordar que tú y yo somos uno solo, y que 1 + 1 = 1 a pesar de lo que dicen la ciencia y las matemáticas.
Gabriel Francisco
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