Un día se encuentran un Maestro Espiritual y un Joven Empresario.
El Empresario se presentó: Yo soy Pedro, empresario y dueño de la empresa más importante de este país.
Maestro: Hola Pedro, Yo Soy y mi empresa es acompañar a otros a descubrir quiénes son.
Empresario: Pero no mencionaste tu nombre y tampoco el de tu empresa.
Maestro: Mi nombre es Juan y soy un Maestro Espiritual.
Empresario: ¿Qué es eso de ser un Maestro Espiritual?
Maestro: Es SER.
Empresario: No te comprendo.
Maestro: ¿Sabes qué es un sabio?
Empresario: Si, el que tiene mucho conocimiento.
Maestro: Un sabio no es aquel que tiene mucho conocimiento, sino el que experimenta ese conocimiento en su vida cotidiana.
Empresario: ¿Y qué relación tiene esto con ser un Maestro?
Maestro: Un Maestro es un sabio que pone su experiencia al servicio de los demás, porque cuando lo hace RECONOCE quién es y para qué está acá en la Tierra.
Empresario: Entonces, ¿a qué te refieres con ser un Maestro Espiritual?
Maestro: A que yo no solo se quien soy, también lo he experimentado en mi vida, y ahora lo pongo al servicio de otras personas para que ellas también lo recuerden.
Sorprendido con esta respuesta, el Empresario le pregunta: ¿y ser Maestro Espiritual si te de comer?
Maestro: No solo me da de comer sino que me permite vivir. Y tú, ¿vives con lo que haces?
Empresario: Mi trabajo me permite vivir bastante bien: soy exitoso, tengo mucho dinero y las personas me envidian por lo que he logrado en tan corta edad.
Maestro: Eso no es vivir amigo mío, eso es sobrevivir, porque debes saber que existe una diferencia entre ambas: la vida nace en el Amor y la supervivencia en el Ego.
Empresario: La verdad es que no encuentro la diferencia.
Maestro: Te pregunto: ¿eres feliz, vives en paz y te sientes abundante?
Empresario: Mmm… la felicidad la estoy buscando, la paz es un sueño que todavía no he podido realizar, y a pesar de que tengo mucho dinero siento que necesito cada vez más.
Maestro: Entonces amigo mío no estás viviendo sino sobreviviendo, porque la felicidad, la paz y la abundancia no son objetivos, son la consecuencia natural de vivir en el amor que eres. Es por esta razón que sigues buscando la felicidad, que sueñas con tener paz y que vives en la escasez a pesar de todo lo que tienes.
Empresario: Entonces, ¿qué tengo que hacer para comenzar a vivir?
Maestro: No se trata de hacer, porque en el amor el verbo es SER. Solo aquel que ES, experimenta la felicidad, la paz y la abundancia en su INTERIOR.
Empresario: ¿Y qué es SER?
Maestro: Es permitir que se exprese la divinidad que habita dentro de ti. Así que no busques, solo recuerda; no sueñes, solo experimenta; no necesites, solo agradece por lo que ya existe.
Empresario: Maestro, para ser sincero nunca imaginé que tú me pudieras enseñar algo a mi.
Maestro: Amigo mío yo no te he enseñado nada, tú lo recordaste. Y como dice el zorro en El Principito: “He aquí mi secreto que no puede ser más simple: solo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible a los ojos”.
Empresario: ¡Gracias!
Maestro: Ahora si estamos hablando el mismo lenguaje del amor, porque el camino más corto para experimentarlo es la gratitud.
En el amor que nos une, te invito a SER para recordar quién eres, porque solo aquel que acepta iniciar el viaje de regreso a su interior, encuentra la felicidad, la paz y la abundancia.
Gabriel Francisco
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