Te saludo desde mi corazón,
La Semana Santa se celebra en gran parte del mundo, y es especial no porque seas católico sino porque se celebra el amor, porque es un momento para hacerte presente en el perdón y en la reconciliación. En esta semana no se celebra la muerte, se celebra la vida y la resurrección de ti mismo. ¿Y por qué no celebrar el amor todos los días de tu vida?
Cada religión define momentos para el recogimiento, momentos para conmemorar eventos y fechas especiales, pero ¿cuándo es ese momento que tú has elegido para volver a ti? Cada momento es sagrado porque el amor se hace presente en cada instante vivido, y la espiritualidad es la vivencia de esta experiencia dentro de ti mismo. Venimos del amor, vivimos para el amor y existimos para reconocernos en él. Así que cada acto que realizamos, cada emoción que sentimos, cada pensamiento que tenemos y cada palabra que pronunciamos, persigue este único fin. En esta Semana Santa te invito a que encuentres el verdadero sentido que tiene la espiritualidad en tu vida.
En esta semana se conmemora la muerte de Jesús, pero ¿realmente está muerto o está vivo? ¿Cuál fue su mensaje y en dónde lo encuentras? ¿Para qué vivió lo que él mismo eligió vivir? Cuando se habla de Jesús y de lo que fue su vida, se da más importancia a los eventos que vivió y a los milagros que realizó que al mismo mensaje de amor que nos dejó. Mucho se habla de él pero poco se ha experimentado de él. Tan grande fue su amor por nosotros, que nos mostró el camino para experimentarlo y reconocernos en él. Y vivió ese amor en grado tal, que aceptó vivir lo que vivió para que hoy tú puedas encontrarte a ti mismo en ese amor. De nada sirve saber que él perdonó a quienes le hicieron daño, si tú sientes odio y resentimiento por los demás. De nada sirve que conmemores su muerte, si tú no renaces en el amor y en la vida. De nada sirve que celebres su resurrección, si tú no resucitas en tu corazón. De nada sirve que escuches su palabra, si no la haces tuya y la compartes con los demás. Y la mejor manera de honrarlo es trascendiendo su dolor y su sufrimiento a través del amor que él mismo nos enseñó. Así que en esta Semana Santa te invito a perdonar, a no juzgar, a aceptar lo que estás viviendo, a ser tolerante con los que te rodean, a reconciliarte con la vida y con los demás. Su mensaje fue y seguirá siendo uno solo: el amor se vive aquí y ahora, y es en tu corazón en donde se hace presente.
Un día descubrirás que Jesús vino a mostrarte el camino y a alumbrarlo con su eterna presencia, porque Jesús no ha muerto, está vivo entre nosotros y se hace presente en cada momento en el que tú experimentas el amor. Seguir a Jesús no es un precepto, tampoco un ritual, es una experiencia que solo tú puedes elegir vivir dentro de ti. Así que si eliges hacerlo, deja que tu vida se convierta en el milagro del amor. Porque la vida se convierte en milagro cuando tú te haces uno solo en ese amor, cuando el otro se hace uno solo contigo, cuando tú te haces uno solo con Dios.
Te amo hoy y siempre, y en ese amor me hago presente en tu camino, el camino del amor.
Gabriel Francisco
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